Y a Kierkegaard
Y a Dostojevski
Y sobretodo a Kafka
a quien le pasó lo que a mí, si bien él era púdico y casto -"¿Qué hice del don del sexo?"- y yo soy una pajera como no existe otra;
pero le pasó a Kafka lo que a mí:
se separó
fue demasiado lejos en la soledad
y supo -tuvo que saber-
que de allí no se vuelve
se alejó -me alejé-
no por desprecio (claro es que nuestro orgullo es infernal)
sino porque una es extranjera
una es de otra parte,
ellos se casan,
procrean,
veranean,
tienen horario,
no se asustan por la tenebrosa
ambigüedad del lenguaje
(...)
yo, por mi parte, no puedo más.
ALEJANDRA PIZARNIK
1971
(*) Hace unos días me compré por Internet un bonito libro que combina poemas y pinturas de un tal Strindberg. Lo hice porque me gustó la promoción que hacía la editorial, lo que mostraba del libro, lo que decían del autor y de su obra. Ayer, pasados unos días de mi compra y de la recepción del libro en mi casa, me encuentro con un verso de Alejandra Pizarnik en el que cita a este autor en una línea precedida por otra dedicada a Nietzsche y seguida por otra para P.Éluard. "Strindberg: "El sol, madre, el sol."
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