Sunday 12 April 2020

Covid-19: la vida y nada más

De "La peste" de ALBERT CAMUS:


"El único medio de hacer que las gentes estén unas con otras es mandarles la peste"

"En resumen, la peste le ha sentado bien. De un hombre que era un solitario sin querer serlo, ha hecho un cómplice."

"Si se decidía a compartir la desgracia de los hombres, ya no le quedaría tiempo para la felicidad"

"Digamos para simplificar, Rieux, que yo padecía ya la peste mucho antes de conocer esta ciudad y esta epidemia. Basta con decir que soy como todo el mundo. Per hay gente que no lo sabe o que se encuentra bien en ese estado y hay gente que lo sabe y quiere salir de él. Yo siempre he querido salir.
Cuando era joven vivía con la idea de mi inocencia, es decir, sin ninguna idea. No soy del género de los atormentados, yo empecé bien. Todo me salía como es debido, estaba a gusto en el terreno de la inteligencia y mucho más en el de las mujeres. Si tenía alguna inquietud, se iba como había venido. Un día empecé a reflexionar."

"Toda la ciudad se echó a la calle para festejar ese minuto en el que el tiempo del sufrimiento tenía fin y el del olvido no había empezado."

"(...), no habían vivido más que en una separación, habían sido amputados de ese calor humano que hace olvidarlo todo. (...) La mayor parte de ellos habían gritado con todas sus fuerzas hacia un ausente, el calor de un cuerpo, la ternura o la costumbre."

"Su único crimen verdadero es haber aprobado en su corazón lo que hace morir a los niños y a los hombres. (...),tenía un corazón ignorante, es decir, solitario."

"(...) un hombre que sabía lo que quería. (...) No hablaba nunca si no era para decir algo.
(...)
¿qué quiere decir la peste? Es la vida y nada más.
(...)
Habrá discursos.(...)
Me parece estar oyéndoles: "Nuestros muertos..." y después irán a atracarse."

"(...) decidió redactar la narración que aquí termina, por no ser de los que se callan, para testimoniar en favor de los apestados, para dejar por lo menos un recuerdo de la injusticia y de la violencia que les había sido hecha y para decir simplemente algo que se aprende en medio de las plagas: que hay en los hombres más cosas dignas de admiración que de desprecio.
(...)
Oyendo los gritos de alegría que subían de la ciudad, Rieux tenía presente que esta alegría está siempre amenazada. Pues él sabía que esta muchedumbre dichosa ignoraba lo que se puede leer en los libros, que el bacilo de la peste no muere ni desaparece jamás, que puede permanecer durante decenios dormido en los muebles, en la ropa, que espera pacientemente en las alcobas, en las bodegas, en las maletas, los pañuelos y los papeles, y que puede llegar un día en el que la peste, para desgracia y enseñanza de los hombres, despierte a sus ratas y las mande a morir a la ciudad dichosa."