Saturday 19 November 2011

La tristeza del que muere sin haber vivido


… Pronto
también nosotros, dulce superviviente, estaremos

perdidos en lo hondo de este fresco
trozo de tierra: pero el nuestro no será
descanso porque en él se mezcla

en exceso una vida que careció de meta.
Tendremos un silencio atribulado y pobre,
un sueño doloroso, que no produce

dulzura ni paz sino añoranza
y reproche, la tristeza del que muere
sin haber vivido:…

Apéndice a la religión: una luz
La religión de mi tiempo
Pier Paolo Pasolini

Thursday 27 October 2011

La Zaranda




Con apenas tres ventiladores, cuatro sillas, la caja de un reloj de pared y unas cuantas sábanas, los tres actores andrajosamente vestidos nos hacen sentir el frío, la decrepitud y la podredumbre,...
La mentira que es cada vida, la nada que es cada muerte.
Lo vacías que están todas las palabras y todos los pasados.
Algo sobre la insignificancia y el olvido.

Saturday 8 October 2011

Onetti

Excelente programa: Imprescindibles, de Televisión Española (disponible desde su web).

Fabuloso documental dedicado al escritor uruguayo Juan Carlos Onetti.

http://www.rtve.es/television/20110325/imprescindibles-juan-carlos-onetti/419268.shtml

Monday 1 August 2011

(En) el laberinto sin paredes (final)


Estoy sola y voy desnuda por la calle. Soy un blanco fácil para las envidias y las traiciones. Sólo pido caricias que me estremezcan, brazos que me sostengan, pechos fuertes que abrazar. Un sentido, un instante en el que sea comprendida.

Por mi vida desfilan cuerpos de chicos con vidas ordenadas que me parecen rocas a las que asirme y que, sin embargo, se deshacen como azucarcillos después de hacerme el amor.

¿Y si buscar fuera lo único que me mantiene con vida?

Sunday 31 July 2011

(En) el laberinto son paredes (undécima parte)


He tenido todas las oportunidades tanto educativas como laborales y sentimentales pero siempre he querido más y ahora desearía menos. Soy un péndulo que oscila a gran velocidad de un extremo a otro y ansía el punto central de quietud, pero no llega. No hay amortiguamiento, no hay síntomas de que vaya a parar.

Monday 25 July 2011

(En) el laberinto sin paredes (décima parte)


También me puedo quedar durante horas sentada en la cima de una montaña observando el vuelo de un águila o el avance de una nube solitaria mientras imagino interpretaciones a su forma. Y, claro, soy rara pero evidente. Soy desconcertante, peligrosa. En el fondo creo que todos sois en alguna medida como yo y que la normalidad de la que disfrutáis os ha costado tanto esfuerzo que no la queréis arriesgar compartiéndola con alguien como yo.

Sunday 24 July 2011

(En) el laberinto sin paredes (novena parte)


No consigo interpretar el mundo. La gente normal vive sin preguntarse esto, igual que come sin ser consciente de las órdenes que ha de dar su cerebro para conseguir masticar. Sin embargo, yo no entiendo. Conforme pasan los años se me hace más difícil establecer la relación entre las causas y los efectos, se me hace más complicado comportarme correctamente en sociedad. Quiero decir que ante hechos que para los demás son sin más, y para los que no tienen dudas sobre cómo afrontarlos, yo necesito leerlos en detalle, ponerlos en contexto y buscarles implicaciones antes de saber cómo actuar.

Saturday 23 July 2011

(En) el laberinto sin paredes (octava parte)


A menudo creo que espanto a la gente. Conforme pasa el tiempo y me hago mayor, me resulta más difícil esconder mi desequilibrio. Igual que se dice que los perros detectan cuando una persona les tiene miedo, las personas advierten, instintivamente, cuando alguien no está bien mentalmente. Y huyen, las personas huyen de los enfermos infecciosos por miedo a ser contaminadas y de los enfermos mentales por miedo a… Se supone que por miedo a que les hagamos daño, pero también por miedo a los escándalos que organizamos. Sobretodo por miedo a verse reflejados en nuestro comportamiento, por miedo a encontrar algún punto en común entre ellos y nosotros.

Saturday 2 July 2011

(En) el laberinto sin paredes (séptima parte)


He conocido a un chico muy atractivo que estudia dirección de empresas becado por el gobierno de su país. Es de un país del Cáucaso, no recuerdo de cuál. Le he invitado a mi casa, hemos quedado que iré a recogerle al aeropuerto a las cinco. Estudia en Londres, lo conocí por Internet. Tengo una foto de él, lleva un traje negro de corte moderno, es rubio, ni siquiera utilizando el zoom se distingue el color de sus ojos, es alto y delgado. Parece muy interesante. Mientras esté aquí dormirá en mi casa, le he preparado la habitación que era de mis padres. Espero que pase algo entre nosotros. No sé, leyendo sus correos y escuchando su voz a través del teléfono, estoy convencida de que es perfecto para mí. Habla muy bien en inglés y tiene una fuerte voz masculina. Me imagino junto a él en actos culturales, nos veo elegantes paseando juntos, viviendo quizás en Londres o en Tokio.

Wednesday 8 June 2011

(En) el laberinto sin paredes (sexta parte)

Tengo miedo a las enfermedades porque podrían afearme y causarme dolor. Tengo pánico a hablar en público porque no se me entiende, o sea, se me mal interpreta. A menudo me pregunto cómo es mi aspecto cuando se habla conmigo, creo que pongo muecas involuntarias. Es cierto que las pongo porque muchas veces me han dicho “no pongas esa cara” cuando yo no estaba haciendo gesto alguno. Hay algo que yo sé, que yo intuyo, que está en mí, que soy yo y que sé que acabará conmigo. Y tengo la aplastante certeza de ya haber vivido todo y de estar ya muerta.

Saturday 14 May 2011

Jules et Jim

Jules es alemán, quizás austriaco. Jim es francés. Cuando empieza la película viven en el alegre París de fiestas y bohemia anterior a la Gran Guerra.
Jim tiene mucho éxito con las mujeres, sabe tratarlas porque no les da importancia. Jules en cambio es enamoradizo y se entrega tercamente a la ilusión romántica de la pareja.
La película es un lienzo en el acertadas pinceladas nos esbozan la fuerza de su amistad. Elijo una escena: cuando Jules esboza en la mesa de un café el rostro de una mujer que amó (en la medida en que este personaje sea capaz de conjugar en pasado ese verbo)y Jim quiere comprar la mesa. Nunca ninguno de ellos había conocido a otra persona que le escuchase.
Conocen a una mujer única por su desenfado vital que cautiva a Jules. Comienzan a ser pareja aunque sean tres. Elijo una escena: cuando cruzan el puente metálico los tres corriendo con ella disfrazada de hombre.

Catherine y Jules se van al país de éste y se casan, tendrán una hija. Antes de tomar esta decisión Catherine trata de tener una cita con Jim, en un café, ¿para consultarle? Es deliciosa la manera en que los dos amigos se piden y se dan permiso para autorizar estas citas que son conversaciones pero también para autorizar las relaciones sexuales (como se ve más adelante en la película).
Llega la Gran Guerra y las vidas de los dos amigos avanzan paralelas, en bandos opuestos, preocupados por no matarse mutuamente.
Después de la guerra retoman su amistad a través de un visita de Jim a la familia Jules. Desde el primer momento es apreciable el efecto de la guerra en Jim. Ya no sonríe desenfadadamente, ha madurado. Jules en cambio parece vivir aún con su desenfado e inocencia (en un momento de la película Catherine dice que lo que le atrajo de Jules fue su inocencia y fragilidad que lo hacen distinto de todos los demás hombres). La pareja con la niña parece muy feliz y Jim añora tener eso mismo. Pero pronto Jules confiesa a su amigo la falsedad de su relación con Catherine, las huidas de ella, los amantes que tiene, cómo le desprecia y el espectador pasa a verla como un precioso pájaro enjaulado. Jules mira para otro lado, trata de entender, trata de hacer todo lo posible por no perderla, por tener al lado aunque durmiendo en habitaciones separadas, aunque sin sexo, aunque ella le sea infiel descaradamente.
Catherine seduce a Jim que tiene la carta blanca, cuando no el ruego de su amigo, para esa relación y pasan a ser un trío con niña feliz al ritmo caprichoso de los deseos de Catherine.
Pero Jim tiene otra opción vital en París, una mujer que le ama de la manera que Jules ama a Catherine, una mujer que siempre le espera en la cama y que parece más adecuada para el nuevo Jim surgido de la guerra.
El patetismo de Jules crece cuando desde su vértice del triángulo trata de mantener la extraña figura frente a los devaneos de los otros dos vértices.
De repente Jim salta del barco a la deriva sobre aguas turbulentas que es el trío y huye de Catherine hacia la estabilidad de su relación parisina.
Pero Jules y Catherine vuelven a Francia y se reencuentran. El trío se ha difuminado porque Jim ya no está, ha dado un paso más en su evolución personal y no es parte sino que observa desde fuera.
Pero la locura egomaníaca de Catherine basada en ella como deseo sexual no puede sino acelerarse hasta la autodestrucción cuando el paso del tiempo se hace evidente y el cuerpo empieza su declive.
De la misma manera que en una maravillosa escena de noche parisina previa a la guerra ella se arroja al Sena dejando clara su libertad total, la escena final es su último grito de poder total sobre los dos hombres causándoles a ambos el máximo daño que se les puede infligir.

Monday 14 February 2011

(En) el laberinto sin paredes (quinta parte)


Un niño desconocido se acerca y te llama señora, entonces caes en la cuenta del tiempo. Del tiempo que debe de quedar envarada en esta soledad, tan triste. A menudo viajo, frecuentemente tengo relaciones sexuales y, también, trabajos. Con medicación puedo incluso llegar a hacer planes. También hay veces en las que me asomo a la terraza y pienso en lo fácil que sería saltar la barandilla. Hay once pisos, ¿serían suficientes? A los suicidas románticos les gusta imaginar las reacciones de los que les sobrevivirán. Eso demuestra que no están realmente solos, no conocen la verdadera soledad. Por eso se imaginan la muerte como una gran sala oscura desde la que ellos contemplarán morbosamente como son añorados. Se suicidan contra alguien o por estética. Pero quien conoce la soledad sabe que la muerte es nada y se ahoga. El suicidio sólo puede ser por desesperación pero ésta no es racional sino relativa, puede estar esperándote al final de un momento de bajada. Cuando te abraza todo se acabó. Ni siquiera una habitación oscura.

Friday 11 February 2011

(En) el laberinto sin paredes (cuarta parte)


Nado por la calle número ocho, apenas puedo ver la espuma que provocan los pies de los favoritos de las calles centrales. Hace sólo unos segundos, años, todos éramos iguales subidos sobre los pilones, esperando que nos dieran la salida. Ahora en cada brazada me voy quedando más sola y mis intentos por recortar distancias se quedan en grotescos aspavientos por culpa de los cuales trago agua por la nariz y por la boca. Todos evolucionan, aunque sea hacia el envejecimiento y la muerte, pero yo permanezco ilusamente joven, niña, aunque sólo en cuanto a mi comportamiento e ilusiones porque soy tan vieja como ellos ante el espejo cuanto contemplo mis desnudos nocturnos.

Sunday 23 January 2011

(En) el laberinto sin paredes (tercera parte)

Alguien camina hacia mí y el esbozo miope de su cuerpo se va enfocando hasta ser conocido. Y, entonces, preparar un saludo y buscar un punto espacio temporal exacto en el que enviarlo. Muy difícil cuando también se ha de controlar el paso y evitar tropezarse o chocar. La ansiedad de un encuentro, desear que sea fugaz y zafarse de los gestos que invitan a detenerse y charlar, salvo que tenga algo que decir: una cháchara ingeniosa y vacía que me garantice que sabré comportarme.

Friday 21 January 2011

(En) el laberinto sin paredes (segunda parte)

La simetría. Es preciso que todo esté equilibrado, necesito un sistema de espejos para sentirme centrada. La limpieza, todo ha de estar impoluto y debe oler bien. La dificultad para conseguir un buen olor. El no ruido, el silencio, la calma, intentar escuchar el silencio, ese siseo apenas perceptible. La relajación de todos los músculos, bajar los párpados, una leve brisa a través de los orificios de la persiana. Sentirme vacía de cuerpo, ingrávida, aunque esté tendida sobre la cama. Salir de mí, flotar. Con los ojos cerrados ser algo parecido a mí. Identificarme.

Monday 17 January 2011

(En) el laberinto sin paredes (primera parte)

La indecisión, sí la indecisión, la duda, tantas opciones con sus pros y sus contras. La angustia porque el tiempo pasa y el bosque se hace cada vez más espeso y, además, oscurece. Saberse mirada, diferente, rara, caminar sin rumbo o, mejor dicho, con demasiados rumbos. Esa forma enferma de deambular cambiando bruscamente de dirección, teniendo apenas dos pasos de tregua antes de volver a caer en la duda. Avanzar y retroceder, correr, querer llorar. No ir a ninguna parte pero tener la necesidad de ir a algún sitio. Rogar por un poco de calma, por un descanso, por, al menos, parecer normal.

Saturday 8 January 2011

Federico García Lorca, economista

Mientras aún tengo en la retina las imágenes de la alegría de los niños tras recibir regalos navideños, leo en la página web de Unicef que casi dos millones de niños están en riesgo de pobreza relativa en España. O sea, que casi uno de cada cuatro niños, un 24,1%, vive en hogares que tienen unos ingresos inferiores al 60% de la media nacional. (Conclusiones del informe "Infancia en España 2010-2011".)


Sigo navegando por la prensa en Internet y me encuentro con que "los inversores vuelven a la carga con Portugal y amenazan a España".


Inmediatamente me viene a la cabeza Federico García Lorca en Nueva York:


La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Tuesday 4 January 2011

supongamos que alguien escucha en este desierto

Quién soy yo.

¿Hay alguien aquí?

Las miradas tristes y melancólicas que pisan serrín en las frías tascas de los barrios son de cobardes.

Las gélidas aceras de las ciudades de ostentosas basuras están llenas de valientes.

Quien es capaz de no berrear cuando le apartan de la orilla, quien contiene el espanto y chapotea, quien cierra la boca cuando viene el agua y la abre ansioso para devorar el aire arrancándole bocanadas a mordiscos, quien… ese, ese vive para contarlo.

Ahora, supongamos, voy yo y digo que me entierro, que os entierro esa idea de mí que tenéis, que os invito al funeral de mi pasado y que me lanzo a mendigar briznas de atención porque soy un poeta. Que no quiero ser un práctico ingeniero sino un leve consuelo para cuando el amor os deje plantado, para cuando la muerte se descubra ante vosotros, para cuando veáis cómo os arrugáis y cómo se os rinde el cuerpo.

Que de tanto hacer de adulto soy una caricatura de mi mismo. Que soy un dibujo exagerado por no logrado, por no haberme entendido a mi mismo, un dibujo en blanco y negro que ahora quiere ser coloreado.

Que no os sigo el ritmo porque ya sé que no vais a ninguna parte.