Sunday 31 July 2016

La realidad nunca se repite

Hay momentos en que, de la forma más inesperada, algo en mi interior pugna por convencerme de que no me afecta mucho, de que no es para tanto, al fin y al cabo. El amor no lo es todo en la vida de un hombre. Yo, antes de conocer a H., era feliz. Era muy rico en lo que la gente llama “recursos”. A todo el mundo le pasan estas cosas. Vamos, que no lo estoy llevando tan mal. Le avergüenza a uno prestar oídos a esa voz, pero por unos momentos da la impresión de que está abogando por una causa justa. Luego sobreviene una repentina cuchillada de memoria al rojo vivo y todo ese “sentido común” se desvanece como una hormiga en la boca de un horno.

(...)

Cuanto más esperes, mayor énfasis adquirirá el silencio.

(...)

Gran parte de una desgracia cualquiera consiste, por así decirlo, en la sombra de la desgracia, en la reflexión sobre ella. Es decir, en el hecho de que no se limite uno a sufrir, sino que se vea obligado a seguir considerando el hecho de que sufre.

(...)

Necesitaría alguna droga, y por ahora leer no es una droga bastante fuerte. Escribiendo para echarlo todo fuera (¿todo?, no, un pensamiento entre miles) me parece que me separo un poco de ello.

(...)

Es algo por el estilo. El acto de vivir se ha vuelto distinto por doquier. Su ausencia es como el cielo, que se extiende por encima de todas las cosas.
Pero no, no está todo dicho de forma correcta. Hay un lugar donde su ausencia vuelve a albergarse y localizarse, un lugar del que no puedo escaparme. Me refiero a mi propio cuerpo.

(...)

No abarcamos nunca el impacto total de lo que llamamos “la cosa en sí misma”. Pero es que nos equivocamos al llamarla así. La cosa en sí misma consiste simplemente en todos estos altibajos, el resto no pasa de ser un  nombre o una idea.

(...)

Cuando hablo de miedo me refiero al miedo puramente animal, al rechazo del organismo frente a su destrucción, a un sentimiento sofocante, a la sensación de ser un ratón atrapado en una ratonera. Esto no puede transmitirse a otro. La mente es capaz de solidarizarse con ello; el cuerpo menos.

(...)

... puedo percibir el lento e insidioso comienzo de un proceso que irá convirtiendo a la H. que recuerdo en una mujer cada vez más imaginaria.

(...)

El regalo más precioso que me hizo el matrimonio fue el de brindarme un choque constante con algo muy cercano e íntimo pero al mismo tiempo indefectiblemente otro y resistente, real, en una palabra.

(...)

Pero si lo que quiero es enamorarme de mi recuerdo de ella, el resultado será una imagen elaborada por mí. 

(...)

... que la realidad nunca se repite.

(...)

¿cómo pueden estar seguros de que la angustia termina con la muerte?

(...)

Vamos a ver, ¿qué adelantamos con las evasiones? Estamos atrapados y no podemos escapar. La realidad, mirada cara a cara, es insoportable.

(...)

Si H. no “existe” es que nunca existió. Confundí una nube de átomos con una persona. No existe nadie, nunca existió nadie. Solamente la muerte revela una vacuidad que siempre estuvo ahí.

(...)

Más tarde o más temprano tendré que enfrentarme con la pregunta claramente y sin rodeos: Dejando aparte nuestros propios y más desesperados deseos, ¿qué razón tenemos para creer que Dios, con arreglo a cualquier patrón que podamos concebir, es “bueno”? ¿Es que toda evidencia inmediata no sugiere exactamente lo contrario? ¿Qué podemos oponer a esto?

Podemos oponer a Jesucristo. Pero ¿y si Él se hubiera equivocado? Las que fueron sus últimas palabras encerraban un mensaje bien claro a este respecto. Acababa de entender que el Ser Supremo a quien llamaba Padre era infinita y tremendamente diferente de lo que Él había imaginado. El anzuelo, tan larga y cuidadosamente aparejado, tan sutilmente tendido, se lo trago al final, en la cruz. La vil broma pesada se había consumado con existo.

(...)

No es verdad que esté pensado siempre en H. El trabajo y la conversación me lo hacen imposible. Pero los ratos en los que no estoy pensando en ella puede que sean los peores. Porque entonces, aunque haya olvidado el motivo, se extiende por encima de todas las cosas una vaga sensación de falsedad, de despropósito.

(...)

Necesito su vuelta como un ingrediente para la restauración de mi pasado.

(...)

Eso fue lo que me pasó. Y creo que puedo sacar partido de ello. No somos propiamente capaces de ver nada cuando tenemos los ojos enturbiados por las lágrimas. No podemos, en la mayoría de los casos, alcanzar lo que deseamos si lo deseamos de una forma demasiado compulsiva, o por lo menos no seremos capaces de sacar de ello lo mejor que tiene.

(...)

Es muy posible que nuestros propios gritos reiterados ensordezcan la voz que esperábamos oír.

(...)

Creo que estoy empezando a entender por qué la pena se siente como una expectativa. Procede de la frustración de tantos impulsos que se han hecho habituales. Todos mis pensamientos, sentimientos y acciones, un por uno, tenían a H. por objeto.

(...)

... para todas las parejas de amantes sin excepción, el duelo forma integral y universal de la experiencia del amor.

(...)

... Luego viene la trágica postura de la danza, y tiene uno que aprender a seguir estando fuera de sí, aun careciendo de esa presencia corporal, aprender a amar a la Ella verdadera, en vez de retroceder a amar nuestro pasado, nuestra memoria, nuestra pesadumbre, nuestro alivio de la pesadumbre, nuestro propio amor.
Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que hasta hace muy poco estaba totalmente obsesionado por el recuerdo de H., dándole vueltas a lo  falso que pudiera o no llegar a volverse.

(...)

No se puede negar que en cierto sentido “me encuentro mejor”, pero de repente con eso me viene una especie de vergüenza y la sensación de que estoy sometido a algo así como un deber de mimar, fomentar y hacer duradera mi propia infelicidad.

(...)

¿Cuántas veces me voy a seguir sorprendiendo frente al inmenso vacío, como si se tratara de una novedad, y oyéndome decir: “Nunca me había dado cuenta de lo que he perdido hasta este momento” ¿Va a seguir siendo siempre así? Me amputan la misma pierna una y otro vez.

(...)

... En la medida en que estas notas pudieran suponer una defensa contra el colapso total, una válvula de escape, han dado algún resultado. (...) Creí que podría describir una “comarca”, elaborar un mapa de la tristeza. Pero la tristeza no se ha revelado como una comarca sino como un proceso. No es un mapa lo que requiere, es una historia; y si no dejo de escribir esta historia en un momento determinado, por caprichoso que sea, no habría razón para que dejara de escribir nunca.

(...)

... Camino todo lo que puedo, porque llegar a la cama sin estar muy cansado sería una locura. 

(...)

... Porque este destino me parecía el peor de todos: alcanzar un estadio en el que mis años de amor y matrimonio pudieran aparecer retrospectivamente como un episodio encantador -como unas vacaciones- que hubieran interrumpido brevemente mi interminable vida, devolviéndome luego inalterado a la normalidad. Y entonces llegaría a parecer irreal ese período, algo tan extraño a la textura habitual de mi historia que casi podría llegar a creer que le había ocurrido a otra persona.

(...)

Quiero a H. y no a nada que se asemeje a ella.

(...)

... Porque, ¿no es cierto que muchas veces cometemos este mismo error con respecto a personas todavía vivas, que están con nosotros en la misma habitación? Me refiero al error de hablar y tratar no con el hombre mismo sino con el retrato que nos hemos hecho de él in mente.

(...)

... El cielo resolverá nuestro problemas, pero no creo que lo haga a base de mostrarnos sutiles reconciliaciones entre todas nuestras ideas aparentemente contradictorias. No quedará piedra sobre piedra de ninguna de nuestras nociones. Nos daremos cuenta de que no existió nunca ningún problema.
... La sensación de que una simplicidad apabullante y desintegradora es la verdadera respuesta.

(...)

No solíamos idealizarnos uno a otro.

(...)

... es vuestro gran proyecto (de Dios): crear un organismo que sea espíritu al mismo tiempo; crear esa formidable paradoja que es el “animal espiritual”. Coger a un pobre primate, una bestia con los nervios a flor de piel, una criatura cuyo estómago pide ser saciado, un animal reproductor que necesita a su pareja, y decirle: “Venga y ahora conviértete en un dios”.

(...)

Los muertos puede que sean eso: puro intelecto.

(...)

Una pena en observación
C.S. LEWIS
(traducido por: Carmen Martín Gaite)