Wednesday 29 February 2012

La mirada de Ulises

Hace años vi "La mirada de Ulises" de Theo Angelopoulos por casualidad, en realidad "por causalidad", siguiendo una cadena de recomendaciones unas explícitas, otras veladas entre líneas, algunas levemente intuidas y otras libremente deducidas. Si se me hubiera preguntado después de verla y a lo largo de los años después de haberla visto, mi respuesta hubiera sido: me gustó, me gusto mucho. De hecho me obsesionó durante años volver a verla, tenerla. Por fin me la he comprado en DVD. Si se me hubiera preguntado por el argumento... no hubiera podido contestar. Pero me gustó mucho.
Ahora, cuando acabo de volver a disfrutarla he descubierto la enorme influencia que ha tenido durante años está película en mi vida. Veo en sus fotogramas el germen de mi estética sacando fotografías e incluso escribiendo. Recuerdo los encuadres que sitúan a las personas en su verdadera dimensión mínima ante la naturaleza, ante los acontecimientos, ante la existencia. Vuelvo a sentir el frío de la no luz. Vuelvo a estremecerme ante la fragilidad de las oscuras siluetas de los seres humanos, siempre a punto de ser rotas o de romperse.
Y especialmente corroboro que el tema, la mirada, es quizás el que más me ha interesado siempre. El artista, el escritor, como "el que mira". O sea, el que mira pero con capacidad de ver y ve. Incluso comprende y muestra a otros en la medida en que es capaz.
Y todas las miradas, todas nuestras miradas, las de las mujeres y los hombres, son la mirada de Ulises, son la primera mirada ante todo, la mirada de viaje, viajando. Viviendo.
Yo no recomiendo esta película porque no se puede recomendar algo tan intenso. Podéis verla y, si queréis, compartir vuestra impresión. Quizás os durmáis intentando verla, quizás no entendáis nada o entendáis tanto que os resulte pueril y aburrido.
No son necesarias gafas 3D, no ayudan.
Pero es necesario ser un escritor, aunque no se escriba.


La escena de la anciana (a la que el protagonista ha llevado a Albania compartiendo taxi) cuando se queda sola en la plaza vacía, fría, inhumana. La soledad ante la decrepitud y la muerte.


La escena de la "alegre" fiesta familiar en 1945 recién ha terminado la Segunda Guerra Mundial. Entran unos hombres (los comunistas) y se llevan el piano (la música). Y entonces se sacan la última foto familiar, su última foto.


La escena en el puerto (separación) con los restos de la estatua de Lenin como fondo.


La barcaza que avanza por el río con los restos de la estatua (ideología) de Lenin. La estatua desmontada pero empaquetada de manera que parece ir echada con la cabeza erguida, vigilando aún. Como observando severa su propia marcha fúnebre, su lento (y vencido) camino (deslizamiento) hacia su entierro. Y desde las orillas las gentes, los pueblos de Europa, la ven pasar rota, fragmentada, pero aún uno de esos trozos es un brazo y señala.


"Al principio Dios creó el viaje, después la duda y la nostalgia."


La(s) guerra(s), los ejércitos, todos, lo opuesto a la vida.


Todo el tiempo Eros y Tanato. La desesperación, la angustia, el horror, la guerra, tanto narrada como intuída, desencadenan las escenas de pasión.


S A R A J E V O


El encuadre de los dos hombres sobre el puente en Sarajevo, bajo la lluvia, jadeantes porque tienen que correr para evitar ser abatidos por francotiradores invisibles. Hablan de los intentos para hallar la fórmula química para revelar las tres bobinas que busca el protagonista (las tres primeras miradas del cine griego, y entre ellas la primera).


"Una mirada que lucha por salir de la oscuridad."
"¿Qué soy yo sino un coleccionista de miradas desvanecidas."


Los habitantes de Sarajevo (los ciudadanos) espectrales figuras titubeantes en medio del constante bombardeo. Bajo la amenaza, entre la destrucción. Como un ejército inerme de zombis.


En esta ciudad la niebla es la mejor amiga de los ciudadanos porque sólo cuando ella lo cubre todo Sarajevo recupera la normalidad (porque se retiran los francotiradores).


"La niebla es una fiesta, celebrémosla."


La joven orquesta, serbios, croatas y musulmanes. Todos salen a tocar cuando cesan los disparos. La niebla trae a la ciudad la música y también el teatro y los ciudadanos bailan.


La vida es una tregua.


"- ¿Es malo no amar la ciudad donde has nacido?
 Esta ciudad me ahoga. Lluvia y barro en invierno. Polvo en verano.
 - Volveré y te sacaré de aquí."


"Dime que te importo, dime que volverás."


You look worried.
It has been a long way.


La escena en la que sólo vemos niebla y escuchamos los diálogos y los disparos de los asesinos, los asesinatos.
Es lo que tanto nosotros como el protagonista vemos y escuchamos.


El aullido de dolor ante el cadáver de la chica, de la mujer.


Al final proyectando las bobinas no se ve nada.


"Cuando regrese lo haré con las ropas de otro, con el nombre de otro. Nadie me esperará. Si me dijeras que no soy yo te daría pruebas y me creerías."


"Te contaré mi viaje durante toda la noche y durante todas las noches, abrazados entre susurros de amor."


Toda la aventura humana. La historia sin fin.







Saturday 25 February 2012

Respiración artifical


¿Cómo podía ser que nadie comprendiera?, se había preguntado Tardewski. ¿O sólo leemos lo que ya hemos leído, una y otra vez, para buscar en las palabras lo que sabemos que está en ellas, sin que sorpresa alguna pueda variar el sentido?
Respiración artificial
Ricardo Piglia

Saturday 4 February 2012

Paisaje en la niebla

Entre la niebla, la escena de la violación de la niña en la parte trasera del trailer a manos del camionero que les ha recogido haciendo autostop.
El viaje (odisea) de una niña y su hermano pequeño buscando a su inexistente padre.
Esta es (también) una película sobre la indiferencia.
La soledad, la incomunicación, (el sentido de) la vida
Intentar entender el mundo, intentar entender lo que ocurre,... intentar darle un sentido.
El crecimiento personal, la madurez, lo efímero del tiempo desde los ojos de los niños rodeados de vidas detenidas, suspendidas, sin sentido.
La desaparición de la infancia devorada por los adultos (tan salvajes).
El peligro son los otros.
Y todo en un paisaje de niebla, barro y paisajes destrozados por la acción del hombre (vehículos, carreteras, maquinaría enorme a escala no humana (anti-humana).
No sólo la inocencia de los niños sino también la de los actores, los artistas, los poetas, los comprometidos de izquierdas,... todas las inocencias son aplastadas.
La única esperanza es el entusiasta soñador en su viejo autobús o sobre su potente motocicleta (él pone rock&roll y se moja los pantalones en el mar).
El mundo es húmedo, frío, nublado y cruel pero con imaginación podemos ver el árbol oculto tras la niebla hasta hacerlo nítido y luminoso.

Topio stin omichi (1988)
Dir: Theo Angelopoulos