Estoy
sola y voy desnuda por la calle. Soy un blanco fácil para las envidias y las
traiciones. Sólo pido caricias que me estremezcan, brazos que me sostengan,
pechos fuertes que abrazar. Un sentido, un instante en el que sea comprendida.
Por
mi vida desfilan cuerpos de chicos con vidas ordenadas que me parecen rocas a
las que asirme y que, sin embargo, se deshacen como azucarcillos después de
hacerme el amor.
¿Y
si buscar fuera lo único que me mantiene con vida?