Saturday 31 August 2013

¿Encontraré a la Maga?

¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico.
Rayuela
Julio Cortázar



Wednesday 28 August 2013

A mí ya me bastó la espera


(algunos versos del poeta mexicano Octavio Paz)

De “Visión del escribiente”
Y llenar todas estas hojas en blanco que me faltan con la misma, monótona pregunta: ¿a qué horas se acaban las horas?
(…)
Sí, ya sé, podría sentarme en una idea, en una costumbre, en una obstinación.
(…)
Recuerdo mis amores, mis pláticas, mis amistades. Lo recuerdo todo, lo veo todo, veo a todos. Con melancolía, pero sin nostalgia. Y sobre todo, sin esperanza. Ya sé que es inmortal y que, si somos algo, somos esperanza de algo. A mí ya me bastó la espera. Abandono el no obstante, el aún, el a pesar de todo, las moratorias, las disculpas y los exculpantes. Conozco el mecanismo de las trampas de la moral y el poder adormecedor de ciertas palabras. He perdido la fe en todas estas construcciones de piedra, ideas, cifras. Cedo mi puesto. Yo ya no defiendo esta torre cuarteada. Y, en silencio, espero el acontecimiento.

De “Prisa”
(…)
Todas estas plenitudes me apuran de un trago. Voy y vuelvo, me revuelo y me revuelco, salgo y entro, me asomo, oigo música, me rasco, medito, me digo, maldigo, cambio de traje, digo adiós al que fui, me demoro en el que seré. Nada me detiene. Tengo prisa, me voy. ¿Adónde? No sé, nada sé excepto que no estoy en mi sitio.
Desde que abrí los ojos me di cuenta que mi sitio no estaba aquí, donde estoy, sino en donde no estoy ni he estado nunca.
(…)
No sé, tengo prisa. Aunque no me mueva de mi silla, ni me levante de la cama.

De “Paseo nocturno”
(…) Prosigue: nada tienes que decirte a ti mismo.

De “Un poeta”
(…)
Cruzan la noche los amantes enlazados, conjunción de astros y cuerpos.


De “Mutra”
(…)
Todo este largo día con su terrible cargamento de seres y de cosas, encalla lentamente en el tiempo parado.
(…)
… el animal pierde futuro a cada paso.
(…)
alta belleza armada contra el tiempo
(…)
…no quiero ser
Dios, no quiero ser a tientas, no quiero regresar, soy
hombre y el hombre es
el hombre, el que saltó al vacío y nada lo sustenta desde
entonces sino su propio vuelo
(…)
el hombre es sólo hombre entre los hombres.

OCTAVIO PAZ



Escuchando “Green Arrow” de “Yo la tengo”


Wednesday 14 August 2013

Nada que explicar


Estaba callado, tan callado que llegasteis a creer que estaba muerto. Esa era la idea. Me desentumecí y me froté los ojos. Ví. Deambulé desorientado, apoyándome en los muros fríos y húmedos. Pronto mis pies descalzos pisaron hierba mojada y matojos aguados por el rocío acariciaron mis pantorrillas desnudas. Deslumbrado, ebrio de colores y tiritando de frío, fundí mi cuerpo con la mágica niebla y fui una sombra de árbol más. No me esperabais, no fui hacia vosotros. Continúe la fuga.


Sunday 4 August 2013

Yo no soy de aquí


Mucha gente dice que no parezco de aquí, que no puedo ser de aquí, que parezco extranjero, que debo de ser extranjero. Tantas personas no pueden estar equivocadas. No soy de aquí.

Aunque cuando camino solo, de noche mientras todos ellos duermen, se diría que soy parte de la ciudad. Cuando la paseo en medio de la noche, cuando suavemente dibujo sus torpes curvas de ciudad vieja, cuando escucho el aire que golpea los vestigios, la suciedad, que han dejado los que duermen y que toca, convertido en brisa o en vendaval, las hojas de los árboles,… cuando me dejo mojar mientras ella se moja de lluvia (y ellos se protegen entre sábanas y televisores), cuando raspo los nudillos de mis manos contra los desgastados muros de sus casas, cuando… se diría que yo sí soy de aquí. Soy aquí.

Pero siento lo mismo en cualquier parte del mundo. No te soy fiel triste ciudad de iglesias, conventos y murallas. Triste ciudad marcada por guerras y odios, que contienes pequeños amores e ilusiones. Triste ciudad que te deslizas provinciana hacia el final de los días de todos los que duermen y de los que vendrán. Ciudad escenario de mis frustraciones y derrotas.

Como un pequeño barco velero en un silencioso mar sin viento, apareces fantasmal en mi imagen de ti. Detenida, atrapada en tantas soledades (algunas de ellas soledades multitudinarias). Amordazada por la mediocridad de pequeños políticos de la vida cotidiana que te enclaustran bajo un burka de miedos y tradiciones. Yo quisiera arrancarte la ropa bajo la que te ocultan, los complejos con los que te paralizan. Quisiera destrozar las seguridades que te hacen parecer cuerda. Yo te quiero desnuda y enajenada como cuando eres la triste loca ciudad del frenesí de ocho días y medio de alegría. No esa ciudad nublada y fría, no esos días cruelmente cortos, no esa melancolía. Pero yo no tengo tiempo para salvar a nadie, no tengo tiempo para salvarte.

Yo te quiero. Aunque no sea de aquí.

Yo te quiero pero te tengo que dejar.

Es una de las formas del amor.