Saturday 8 June 2013

Ahora es inútil... ahora me voy.

- ¿Por qué te vas entonces?
- Estoy cansada, Remo.
(...)
- Cansada... ¿qué es lo que tenés cansada vos?... Y todas están cansadas, no sé por qué... pero están cansadas...
....

- Bueno, y cuando nos separábamos teníamos esta idea semejante: ¿y el placer de la vida y del amor consiste en esto?... Y sin decir nada comprendíamos que pensábamos en lo mismo...
...

- Pero tú, Elsa... ¿tú?¿Y nuestros proyectos?
- Ilusiones, Remo... esplendores.
- Sí, esplendores... pero ¿dónde aprendiste esa palabra tan linda? Esplendores.
- No sé.
- ¿Y nuestra vida quedará siempre deshecha?
(...)
Lo aturdía la pena como un día de sol en el trópico. Se le caían los párpados. Hubiera querido dormir. El sentido de las palabras se hundía en su entendimiento con la lentitud de una piedra en un agua demasiado espesa. Cuando la palabra tocaba el fondo de su conciencia, fuerzas oscuras retorcían su angustia. Y durante un instante en el fondo de su pecho, quedaban flotando y estremecidos como en el fangal de un charco, sus hierbajos de un sufrimiento. Ella continuó con la voz apaciguada por una resignación interior:
- Ahora es inútil... ahora me voy. ¿Por qué no fuiste bueno vos? ¿Por qué no trabajaste?
....
- Elsa... ya sabés... vení cuando quieras... podés vení... pero decí la verdad, ¿me quisiste alguna vez?
- Siempre te quise... ahora también te quiero... nunca, ¿por qué nunca hablaste como esta noche? Siento que te voy a querer toda la vida... que el otro a tu lado es la sombra de un hombre.
...
Esto es tan triste como el desierto. Ahora ella duerme con él.
Los siete locos
Roberto Arlt




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