Wednesday 22 January 2014

Pai, Thailand

En este refugio hippy-turístico comparten calles y mesas de bares jovencísimos chicos y chicas europeos, americanos, australianos, japoneses, chinos,..., disfrutando de un "gap year" o de unas vacaciones de dos, tres, cuatro, seis meses, con individuos absolutamente fumados y borrachos que parecen haber envejecido atrapados en esta caricatura de Easy Rider. La policía, las leyes, Thailand,... miran para otro lado, en esta parte del mundo históricamente famosa por ser nudo neurálgico del tráfico de opio, mientras estos dinosaurios de raídas melenas y barbas, de encanecidas miradas, van cambiando sus dólares por lenta agonía hippy que sorben con sus agrietados labios en finos hilos que sortean sus amarillentos y dañados dientes para aumentar la fetidez de sus ya casi muertas bocas. Gordos y viejos Santa Klaus con sus blancas melenas recogidas atrás en coletas, que ríen moviendo sus carrillos alcohólicamente sonrosados mientras se pasan un peta o miran de reojo a una puta (chica o "lady boy"). Y no sé qué me produce más tristeza si la alegre inocencia de los que empiezan a vivir o la lenta disolución en el humo del hachís de esos ojos que unos arrugados párpados tratan de ocultar para que no lo inunden todo con su infinita tristeza.
(O igual simplemente me pasa que estoy solo y soy consciente de ello.)



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