Los rostros que dejamos de ver se van difuminando a la vez que vamos esbozando nuevos rostros a los que acostumbrarnos y ni siquiera está garantizado que nuestro yo perdure inmutable.
No, no perdura. Somos otro. (Una sucesión de otros)
De todas formas digo (observando desde lejos, desde la distancia): demasiadas coincidencias.
No comments:
Post a Comment